Este sueño nos indica que vivimos a la defensiva por miedo a enfrentarnos a las dificultades y luchas de la vida diaria, ya sea con nuestros enemigos o con nuestros competidores.
Ya es hora de que abandonemos este refugio temeroso y nos lancemos con ímpetu y decisión a la lucha diaria, desterrando el miedo a lo que casi siempre no son más que enemigos o peligros imaginarios.