Si nos vemos blanqueando alguna pared o algún objeto sucio, el sueño tanto puede presagiar una reconciliación en la que se olvidarán y dejarán aparte pasados agravios, como revelar que en la vida real estamos usando falsos artificios para aparentar que somos buenos e inocentes. Sólo el soñador que conoce su intimidad puede saber cuál de las dos acepciones es la que corresponde a su sueño.