Disposición de la vida psíquica y también, en general, de la vida sexual y erótica.
Que uno ve en libertad o en una pradera: independencia.
En la cuadra: holgura.
Ensillado sin jinete: subirá alto en la vida.
Tranquilo, que uno monta: avanzará bien y sin obstáculos.
Turbulento, indócil, encabritado, que uno monta: cuando se hayan superado muchos obstáculos y dificultades, tendrá una perspectiva de éxitos particularmente buenos y durables.
Turbulento, que uno se logra dominar: no alcanzará su meta.
Que uno quiere montar: pero sin alcanzar a la silla: se es desafortunado.
Que se encabrita o da coces: amenazas dificultades, pero se saldrá adelante.
Mordiendo el freno: la existencia o la holgura están comprometidas.
Estar sentado en un caballo que muerde el freno sin caerse de él: superará sin daños una situación muy peligrosa.
Con el que se salta un foso o un obstáculo: se desembarazará con energía de todos los obstáculos.
Que le tira al suelo: anuncio de un peligro.
Que uno ve caer: peligro de reveses.
Que acude rápido y olfatea si uno tiene pan o azúcar: tendrá un amigo y camarada fiel.
Que uno lleva de la brida: reflexionar con cuidado antes de emprender algo, progresar luego lentamente pero seguro en dirección a la meta.
Que se encabrita al tenerle del ronzal: éxito difícil.
Que se quita el ronzal: a pesar de todo el esfuerzo y de toda la prudencia, se fracasará.
Ver su caballo montado o conducido por otro: infidelidad en la familia.
Que uno ve con un simple arnés atado a un carruaje ordinario: una vida de penas y trabajo, pero coronada por el éxito finalmente.
Con un arnés valioso y un carruaje elegante: mucho prestigio y grandes honores.