El diluvio simboliza una catástrofe que nunca es definitiva a causa del carácter regenerador de las aguas. Destruye las formas pero no las fuerzas, posibilitando el resurgimiento de una nueva vida.
Por ello, soñar con un diluvio es el presagio de una época de desastres y mala suerte que, no por ello, significará la ruina total, sino que muchas veces permitirá empezar de nuevo y con mayores posibilidades de éxito.