Como todos los JUEGOS infantiles con que a veces soñamos, el vernos jugando a la pelota es un retorno inconsciente a la niñez para huir de las preocupaciones y dificultades del presente.
Pero, además, el placer táctil que a veces se siente en estos sueños al manejar las pelotas no deja de tener reminiscencias sexuales.