Los sueños en los que interviene un medio de transporte que no conducimos nosotros mismos siempre implican un cambio en nuestra vida en el que nuestras iniciativas se hallan coartadas; en mayor grado en el AUTOBÚS y demás medios de transporte colectivo y mucho menor en el taxi, ya que en éste no nos coarta el compartirlo con otras personas (o muy poco si alguien nos acompaña), y porque al ser nosotros quienes determinamos el lugar de destino nos hace copartícipes de la conducción, del destino que el viaje simboliza.
Si en el sueño nos limitamos a ver un taxi, indica que recibiremos una proposición que puede significar un cambio en nuestra vida, pero que todavía no estamos decididos a aceptarla.
Si subimos al mismo, o ya nos vemos en su interior, es que el cambio se producirá y que a pesar de que comparta ciertas limitaciones a nuestra iniciativa personal, podremos participar activamente en nuestro propio destino.
Y lo que ocurra en el sueño, así como nuestras reacciones, nos revelarán cuál será nuestra actitud ante los hechos que se avecinan y cómo afrontaremos el cambio.