En el mundo céltico, el tejo es un árbol funerario; pero de un modo más general se trata de uno de los árboles más antiguos que existen y de cuya madera se construían las lanzas, por lo que también comporta un simbolismo agresivo.
Si a esto añadimos la toxicidad de sus frutos no es de extrañar que cuando aparezca en sueños siempre sea de mal agüero y haga temer pérdidas, accidentes y duelos.