No recuerdo bien donde me encontraba al parecer en mi casa; había una boa la cual se me acercaba pero no era para atacar era el simple hecho de acercarse sin furia, a mi me provocaba cierta repulsión, y de repente aparecían tres víboras venenosas muy agresivas con la intención de atacarme, cuando la boa se avienta hacia ellas y las devora asi salvándome, lo cual yo agradecia, pero seguía sintiendo algo de rechazo sobretodo porque se me acercaba para acurrucarse a mi lado, mi pensamiento era de gratitud y permitia que se me acercara al grado de sentir su piel pegada a mi.