Se interpreta como Estar en su alojamiento o verlo: se sentirá en casa de alguien como en su casa. Ver una vivienda ajena o encontrarse en ella: días incómodos en el hogar. Que uno alquila: mejora de la situación. Que uno obtiene: matrimonio en perspectiva.
Verlos: salud y larga vida.
Encontrarse allí: consolidación económica.
Dar una caminata en los Alpes: suerte en lo profesional.
Flores alpinas: ampliación del horizonte intelectual.
Ver el arrebol de los Alpes: deseo de una experiencia divina.
Símbolo del sacrificio; puede anunciar una satisfacción o el sacrificio de su propia felicidad.
Ver un altar puede significar: para los solteros, próximo matrimonio feliz; para las personas casadas, posible divorcio.
Que uno adorna: gozo y felicidad.
Ante el cual uno reza: realización de anhelos mantenidos por largo tiempo.
Que uno ve: anuncio de noticias importantes.
A través del cual se oye una voz: conocerá un secreto.
A través del cual se oye una música bella y armoniosa: placer de una alegría secreta. Una música disonante: le acecha un peligro secreto.
Cuando amanece en sueños, es decir, cuando sentimos aproximarse el día y se hace la luz, anuncia el final de penas y adversidades; es el inicio de un período de mayor felicidad en el que afrontaremos la vida con renovado optimismo.
Quizá por su parentesco con la adormidera, los sueños en que aparecen amapolas suelen presagiar un pronto consuelo del dolor, tanto del cuerpo como del alma.
Color de la feminidad por la cual, según el destino, se conoce la felicidad o las contrariedades.
La amatista es la piedra de la temperancia y de la humildad; pero por el mismo hecho de ser enemiga de toda embriaguez, incluso de la espiritual, también en sueños se la considera un presagio de suerte, aun cuando dicha suerte en realidad sea debida al buen sentido común del soñador.
Soñar con una ambulancia es un buen augurio, ya que anuncia una próxima mejoría en nuestra situación.
Si la ambulancia contiene algún herido, al parecer inconsciente, es el anuncio que alguien a quien estimamos se halla amenazado de algún peligro o enfermedad; pero si el herido (o los heridos) están conscientes, hablan o se mueven, nos anuncia próximas noticias de alguien a quien ya habíamos olvidado o ignorábamos su paradero.
Cuando en la vida real nos hallamos desempeñando algún trabajo peligroso, este sueño carece de significado premonitorio, pues no es más que una forma de advertirnos la necesidad de trabajar con las máximas medidas de seguridad.
Expresión de la impotencia, no logra uno imponerse.
Amenazar a alguien: presagio de enervamiento.
Recibir una amenaza: miedo del porvenir.
Que uno ve o que oye: alguien entre los amigos o los conocidos tiene mala conciencia respecto a usted.
Que uno carga: quiere librarse de una presión interior o de remordimientos.
Los amigos significan la persona misma que sueña, a menudo en el sentido de hermano, doble, etc.
Con el cual uno ríe: próxima separación de él.
Con el cual uno pelea: infidelidad de un amigo.
Estar con varios amigos: visita de personas bienvenidas.
Ver a un amigo: muerto: nuevas inesperadas.
Ayudar a un amigo: uno mismo recibirá ayuda.
Tener un amigo: revelará secretos.
Visitar a un amigo o encontrárselo: alegría.
En general, tonalidad sexual y erótica como los sueños de castración; a veces también sobre todo en los sueños femeninos- separación del objeto amado, de la persona amada.
Visto desde el exterior: el futuro inmediato va a causar aflicción.
Penetrar en el edificio: alegría y bienestar.
Ver un ancla: vieja desagradable.
Ver tirar el ancla: ayuda y esperanza.
Agarrarse a un ancla: la situación se mejora.
Que uno ve: empresa peligrosa.
Sobre el cual trabaja: le hará frente con valor a un peligro.
Del que cae: obstáculos imprevistos impiden realizar los planes.
Del que se ve caer a alguien: hace falta valor, pero la temeridad perjudica.
Son un mal presagio referido a pequeñas intrigas y disputas de mujeres (que a veces son protagonizadas por los hombres).
Si los andrajos los llevamos nosotros, el augurio se personaliza y nos anuncia miserias morales y, a veces materiales.
Se busca una salida a las dificultades presentes.
Ver un ángel: buen presagio en todos los casos.
Verse a sí mismo con los rasgos de un ángel: amor y amistad.
Estar rodeado de ángeles: se alcanzará una gran paz interior.
Si en nuestro sueño oímos sonar el ángelus, es indicio de paz y de consuelo, de que todas las disputas y problemas cotidianos pueden solucionarse favorable y amigablemente si sabemos limitar en algo nuestros derechos y reconocer hasta dónde llegan los de los demás.
Este sueño tanto puede referirse a un padecimiento real que se está iniciando, como simbolizar que existe algo que nos agobia y que no sabemos o no nos atrevemos a confesar, quizá ni a nosotros mismos.
Se asimila en general a una serpiente (ver este término), a menudo es también un vocablo empleado en el mismo sentido que Capturar una anguila: envidia. La anguila se escurre entre las manos: fracaso en una empresa. Se retuerce: una noticia desagradable. Cortada en pedazos: muerte de un adversario o de un rival peligroso. Comer una anguila: contrariedad o dolor.
Sentir angustia: triunfará de sus enemigos y se acercará al objetivo de su vida a pesar de numerosos obstáculos.
Miedo de perder a la persona que se ama.
En un sueño de una persona que no está casada
Que uno ve: noviazgo o matrimonio dentro de poco tiempo.
Que uno se pone en el dedo o que lleva puesto: habrá que esperar aún mucho tiempo antes de comprometerse o casarse.
Que uno se quita: una relación amorosa se termina.
En un sueño de una persona que está casada
Que uno ve: nos hace recordar los deberes conyugales y nos pone en guardia contra los amoríos.
Que uno se quita o pierde: escenas conyugales.
Interferencia de instintos animales o de deseos instintivos en el sueño.
Ver muchos animales salvajes o domesticados: va a exponerse a un peligro.
Que uno celebra con mucha alegría: el año traerá sin duda muchas penas y preocupaciones.
Silenciosa, seriamente, con reflexión: mucha alegría y bendiciones en el curso del año.
Tristemente: un viejo anhelo se realizará en el curso del año.
Ver o poseer una antena: noticias de amigos que viven lejos.
Conectarla al receptor de radio: enriquecimiento comercial.
Conectarla a tierra: fuerzas poderosas le capacitan para llevar a cabo un importante trabajo.
Cortarla: malas noticias.
Los anteojos, gemelos, lupas y demás artilugios de aproximación y aumento son símbolos de descubrimiento, de revelación, de secreto descubierto, y no debemos olvidar que la sabiduría popular ya dice:
Ver vivos en sueños a los parientes ya fallecidos siempre anuncia algún acontecimiento, por lo general malo, pero esto depende de cómo los veamos.
Así, si los soñamos irritados, violentos, furiosos o tristes, será presagio de peleas, de rupturas y desgracias, mientras que si los soñamos alegres, el acontecimiento también será alegre y beneficioso.
Si se trata de abuelos u otros antepasados que todavía se hallan vivos, se dice que este sueño les alarga la vida y la salud.
Cuando el soñador está pasando por una etapa difícil en su vida y se siente desgraciado, este sueño carece de valor profético, pues se trata de un reflejo de su añoranza por aquellos tiempos idos que fueron mejores.
Soñar que debemos esperar en una antesala es un buen sueño, pues nos recuerda que la paciencia es una virtud excelente, y que si lo tenemos en cuenta nos evitaremos muchos disgustos.
Soñar con antigüedades o con un anticuario nos advierte que recibiremos un legado o una donación lejana e inesperada, pero que alguien intenta arrebatárnosla.
Probable cambio de carácter.
Ver una antorcha: conocerá un secreto.
Llevarla: se es amado.
Verla brillar: aclarará un asunto oscuro.
Apagarla: destrucción de una relación agradable.
Verla apagada: esperanzas irrealizables y deseos insatisfechos.
Ver bailar a los indios con antorchas: mucha suerte en el extranjero.
Ver antorchas arder en pleno día: obtendrá algo a lo que ya había renunciado.
Verlas caer del cielo: malas noticias.
Los anzuelos vistos en sueños casi siempre son presagio de traición, tanto en amor como en amistad.